La olas, el viento y el frío del mar…

Vamos a hablar de algunas de las cosas que nos pueden preocupar si estamos pensando en hacer nuestra primera experiencia con el kayak en el mar.

Si nuestro plan es salir y volver a una playa el primer obstáculo es la rompiente.

Entonces comencemos con las olas.

Una ola no es más que una ondulación de agua que está sobre la superficie del mar. Son capaces de viajar muchos kilómetros sobre el mar y, dependiendo del viento, lo hacen a una mayor o menor velocidad. Cuando las olas llegan hasta la playa, rompen y acaban su ciclo.

Cuando el viento comienza a soplar y lo hace afectando la superficie del mar, las partículas de aire van rozando a las partículas de agua y se empiezan a formar unas pequeñas ondas. A esto se le llaman olas capilares y no son más que pequeñas olas de tan sólo unos pocos milímetros de longitud. Si el viento sopla hasta varios kilómetros de distancia, las ondas capilares van creciendo y dando lugar a olas más grandes.

Existen varios factores que pueden condicionar la formación de una ola y su tamaño. Evidentemente, vientos más fuertes generan olas más altas, pero también hay que tener en cuenta la velocidad e intensidad de la acción del viento y el tiempo que se mantiene a una velocidad estables.

A medida que las olas se acercan a la orilla, avanzan más despacio debido ya que hay menos profundidad, mientras que la cresta aumenta su altura. El proceso continúa hasta que la zona levantada se mueve más rápido que la parte subacuática, punto en el que el movimiento se desestabiliza y la ola rompe.

Existen diferentes tipos de olas, las olas de traslación son las que se producen cerca de la costa. Cuando avanzan van tocando el fondo marino y acaban estrellándose con el litoral formando mucha espuma. Cuando el agua regresa de nuevo se forma la resaca.

Y este poquito de teoría nos sirve para saber que: si ha estado soplando fuerte y parejo la semana previa en la Isla de los Estados, entonces podemos esperar mares agitados en el Partido de La Costa. Lo mismo si hubo tormentas en el Atlántico Sur. Las condiciones del viento local pueden ser de calma total, sin embargo, hay olas llegando a la playa.

También sabremos que el oleaje que vemos por la mañana se mantendrá más o menos igual por la tarde.

Por otro lado, si una tormenta de viento barrió la zona donde estamos durante la noche anterior a nuestra salida, es posible que tengamos olas por la mañana, pero morirán rápidamente. Y podríamos estar regresando con el mar totalmente calmo.

El período es el tiempo entre la cresta de cada oleaje. Un período de hasta 1.4 segundos se considera corto. Un período corto es el resultado de los vientos locales*(ver nota al pié); las olas de período corto vienen con frecuencia, pero no son fuertes. Sin embargo, son empinadas, porque la energía transferida a los mares por el viento está en la superficie.

Por otro lado, las olas de período largo pueden ser violentas. Han sido formadas por tormentas muy, muy lejanas, y han estado adquiriendo poder, ya que han devorado kilómetros en su camino hacia nosotros.

Las olas que nos preocupan son aquellas que se rompen en la costa o cerca de ella, donde tendemos a remar.

Las olas pueden irrumpir en la costa, impulsadas por una tormenta que ocurrió hace días, pero que aún se verán afectadas por los vientos locales. Si un viento local está fluyendo en la dirección opuesta a las olas, las ondas se «levantarán» para ser más empinadas.

En el caso opuesto, el viento que sopla en la misma dirección que las olas tenderá a aplanarlos.

Si el vaivén de las olas no los durmió a esta altura… seguimos con nuestro plan: cruzar la rompiente.

Entonces nuestro objetivo al lanzarnos a través de la zona de oleaje es contrarrestar las fuerzas cuando sea necesario y evitar el punto donde la ola está rompiendo.

Ser capaz de permanecer perpendicular a las olas es una habilidad importante porque nuestro kayak presenta la menor cantidad de resistencia a la ola cuando está en esa posición.

Primer consejo: mirar el mar desde un punto más alto que la orilla.

Desde allí podemos tener una primera apreciación de la rompiente y las condiciones de la costa en general. Seguramente vamos a elegir una playa amplia, igualmente podría haber espigones o muelles u otro accidente a la izquierda y a la derecha… entonces debemos elegir si nos conviene salir justo en medio o más a un lado o el otro. Acá el viento es importante porque las olas a medida que se acercan a una playa lo hacen en forma paralela a la costa, pero el viento puede determinar que el mar “tire” para uno u otro costado.

Si hay un viento establecido, que no sea perpendicular a la playa, sabremos que el lado para el que tira a ser el contrario que de donde viene el viento, especialmente si hay bastante viento.

En ese caso, además de la corriente, el viento actuará sobre el casco del kayak y sobre nosotros, acentuando el efecto, pero de este tema lo desarrollaremos cuando nos concentremos en las estrategias para navegar con viento.

Si la playa está, por ejemplo, en una bahía pequeña, es la geografía la que va a tener mayor efecto.

Pero nos vamos a concentrar en el tipo de playa más habitual que encontraremos en nuestra costa, y que suele ser amplia y con pocos o ningún accidente.

El viento en la playa es sencillo de identificar, lo vamos a evaluar en el lugar, prestando atención a su fuerza, dirección, si es constante, si hay rachas.

Ojo, que, si estamos en una playa con acantilados, desde abajo no vamos a apreciar la fuerza del viento si este viene de tierra. El viento de tierra es más “engañoso” ya que la geografía y obstáculos como construcciones en la costa pueden enmascararlo.

Un viento de tierra moderado y constante puede parecernos ideal para salir desde la playa, pero es peligroso…, seguramente vamos a encontrar que se hace más fuerte a medida que nos alejamos de la costa. Entrar va a ser fácil, pero volver es otra historia, no sólo parecerá que la costa se resiste a nuestros esfuerzos por alcanzarla, sino que cada vez que descansemos se alejará más. Si se encuentran es esa situación… y bueno, yo les avisé 🙂

Y a no descuidarse, porque el viento puede cambiar de dirección e intensidad. Hay que estar atentos, si vemos que eso está ocurriendo lo más prudente es actuar en función del peor escenario, por ejemplo, viento fuerte que nos alejaría de la costa u olas más empinadas.

Entonces, el viento lo vamos a evaluar contantemente, antes y durante.

Tenemos que ver lo que ocurre en la playa antes de salir y mirar el mar en todas direcciones, tómense su tiempo para esto, hasta tener un panorama completo.

Vamos a prestar atención a la superficie del agua, también mirando la espuma que dejan las olas rompientes detrás de ellas al avanzar y que seguramente va a coincidir con el empuje del viento.

Otro tema importante es la corriente, la primera que vamos a encontrar es la que tiene su origen en las olas que llegan a la costa.

Mirando la orilla podemos notar que el agua avanza y retrocede, muy poquito o casi nada si está calmo y mucho si hay olas grandes.

Y en caso de existir un oleaje más o menos importante es seguro que se formará la corriente de resaca o “rip curent”

Creo que lo mejor es ilustrarlo con un video: <audio en inglés, 1 min 30 seg.>

Entonces, a tener en cuenta la corriente de resaca, tenemos que tratar de identificarla, en nuestras costas a veces es simple, otras no tanto. A diferencia de lo que ocurre con los bañistas, para nosotros esa corriente es algo a aprovechar cuando estamos entrando con el kayak.

También la geografía de la costa puede generar otras corrientes, generalmente asociadas al oleaje y los vientos, como por ejemplo si hay una isla cerca de la costa. En nuestro mar no es frecuente, hay pocas islas costeras, pero puede haber bajos o penínsulas.

Y para completar el panorama de nuestra salida, están las mareas. Debemos conocer los horarios de las bajamares y las pleamares para la zona. Una playa amplia a la salida puede desaparecer hasta que el agua choca el acantilado con la pleamar, o una playa de arena convertirse en un campo minado de tosca con la bajamar.

En el Partido de la Costa la amplitud de la marea es moderada, 1 o 2 metros, pero más al sur se hacen más importantes, ¡llegando a 12 metros cerca de Río Gallegos!

🙂

Tipos de olas en la costa

          <próximamanete a desarrollar>
Los científicos de «Que Tal Es» trabajando para usted !

* Vientos locales

Los vientos “generales” son aquellos causados ​​por la rotación de la tierra. No estamos preocupados por eso a menos que estemos cruzando el océano. Nos preocupan más los vientos locales, que son causados ​​por las diferencias de temperatura entre la tierra y el mar. Dado que en su mayoría remamos a lo largo de las costas, nos afectarán. Las masas de tierra se calientan y enfrían con bastante rapidez. Los océanos, sin embargo, mantienen su temperatura más uniformemente. A medida que la tierra se calienta, el aire arriba se eleva, dejando un espacio que el aire del océano se apresura a llenar. Ese movimiento de aire se llama brisa marina. La brisa marina comienza a media mañana, crece en fuerza durante la tarde y se apaga al atardecer. En ese momento, la tendencia se invierte y una brisa de tierra se mueve hacia el océano. Las brisas terrestres son más débiles que la brisa del mar, por lo que las noches tienden a ser más tranquilas que los días en aguas abiertas.

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