Libro: Animales, plantas y hongos de las islas. Una introducción a la biodiversidad del Bajo Delta del Río Paraná

Título del libroAnimales, plantas y hongos de las islas
AutorQuintana, Malzof, Villar, Saccone, Astrada, Prado, Rosenfeldt, Brancolini
Tamaño22×15 Encuadernación en tapa dura o cartoné
EditorialAprendelta
Año de publicación2012
Páginas304 Color

RESUMEN

Los humedales se encuentran entre los ecosistemas más productivos y de mayor importancia ecológica de la tierra. Desde el punto de vista histórico han constituido sitios donde han florecido importantes culturas tanto por la oferta de agua como de otros recursos naturales básicos.

Por esta razón muchos humedales constituyen desde siempre áreas dedicadas a actividades productivas como la agricultura, la ganadería y la silvicultura, entre otras.

Además proveen a muchas comunidades locales de diversos bienes tanto de origen vegetal como animal entre los que se encuentran alimentos, forraje para animales domésticos, leña, productos medicinales y materiales para la construcción de viviendas o para la confección de prendas de vestir.

Muchas poblaciones humanas han habitado en los humedales o en sus inmediaciones, construyendo asentamientos, explotando sus recursos y alterándolos de acuerdo a sus necesidades.

Pese a que actualmente existe un reconocimiento de los valores ecológicos y culturales de estos ecosistemas, muchos humedales se han visto sometidos a importantes procesos de transformación y explotación intensiva, particularmente durante el siglo XX.

Sin embargo, en las últimas décadas han comenzado a ser revalorizados debido al gran número de bienes y servicios ecosistémicos que brindan al hombre a tal punto que desde el año 1973 existe una convención internacional1 a la cual nuestro país adhiere que tiene como principal objetivo la conservación y el uso sostenible de estos ecosistemas.

En este contexto, la porción insular del Bajo Delta del río Paraná, más comúnmente conocida como las «islas del Delta», constituyen un claro ejemplo de un humedal con un importante acervo tanto natural como cultural.

Estas islas ocupan aproximadamente unas 300.000 ha y forman parte de una región mucho más amplia la cual se extiende a lo largo de los últimos 300 Km de la cuenca del río Paraná (desde la altura de la ciudad de Diamante, en la provincia de Entre Ríos, hasta su desembocadura en la aguas del estuario del Plata) y que abarca una superficie total de 17.000 km2.

Esta región, conocida como «Región del Delta del Paraná», está conformada por un mosaico de humedales y constituye una de las principales áreas de este tipo de ecosistemas en la Argentina.

Es compleja desde el punto de vista ambiental, donde los paisajes que la componen son el resultado de la superposición de procesos marinos pasados con fluviales tanto pasados como presentes.

Esto da como resultado que la región presente una alta heterogeneidad ambiental y, por consiguiente, una elevada oferta de hábitats para especies animales y vegetales.

Además, sus características biogeográficas relevantes no son el resultado de la presencia de elementos de flora y fauna exclusivos, sino por la coexistencia en el área de especies de distinto origen.

Esto se debe a que en la misma se produce una penetración e instalación de especies subtropicales que bajan a lo largo de los corredores que constituyen los ríos Paraná y Uruguay, así como de especies de abolengo marino que llegan a las islas a través del estuario de río de La Plata, las cuales coexisten con especies de origen templado que provienen de la zona pampeana circundante.

Estas características biogeográficas y ecológicas particulares hacen que el Delta del Paraná sea una región única dentro del territorio de la Argentina, a tal punto que actualmente conforma, conjuntamente con las islas del río Paraná, una ecorregión particular.

En consecuencia, la región del Delta presenta una alta diversidad de especies animales y vegetales que incluye alrededor de 700 especies de plantas y de 567 especies de vertebrados (47 mamíferos, 269 aves, 37 reptiles, 27 anfibios y 187 peces).

Esta elevada biodiversidad sumada al hecho de que la región se encuentra limitando con el cordón urbano-industrial más importante de la Argentina resalta la importancia que la misma reviste como área natural para los habitantes de sus alrededores.

Dicha importancia se basa en la gran variedad de bienes y servicios que esta región ofrece. Dentro de la región, las «islas del Delta» constituyen la única área que puede definirse como un «delta» en sentido estricto, es decir, con un proceso activo de formación de nuevas islas que avanzan sobre el Río de la Plata.

Este frente de avance del delta sobre el estuario es muy acelerado y algunos estudios muestran un crecimiento de entre 70 y 90 m por año.

Conjuntamente con su acervo natural, estas islas también guardan un valioso patrimonio cultural resultado no solo de la huella que dejaron los pueblos originarios que vivieron en ellas sino también del asentamiento de distintas colectividades europeas que tuvo lugar desde la segunda mitad del siglo XIX.

A eso se le sumó el papel que tenía el delta como área de recreación y descanso para la alta sociedad porteña de principios de siglo XX.

Debido a este proceso temprano de ocupación, las islas que observamos en la actualidad distan mucho de ser «vírgenes»; por el contrario, las mismas se encuentran altamente modificadas por las actividades humanas.

Particularmente, los bosques asentados en las márgenes de sus ríos y arroyos se encuentran compuestos en su mayor parte por especies vegetales exóticas como ligustros, ligustrinas, moreras, fresnos, madreselvas y zarzamoras, entre otras, que fueron introducidas con distintos fines.

En medio de ellas persisten especies nativas como el canelón, la anacahuita, la palmera pindó y el cha-chal, entre otras.

Muchas especies animales amenazadas aún se encuentran presentes en las islas como el ciervo de los pantanos, el lobito de río y la pava de monte, entre otras, conjuntamente con otras especies con características particulares como una variedad de gato montés de pelaje negro.

Esto convierte a la región en un área valiosa desde el punto de vista de la conservación de la diversidad biológica de nuestro país. La presente guía tiene por objeto brindar una primera aproximación sobre una parte de la biodiversidad de las islas del Delta.

Debido al alto número de especies presentes, resulta imposible plasmar en una única publicación una descripción de todas ellas. Siendo conscientes de esta limitación, para la presente guía hemos seleccionado un grupo de especies animales y vegetales que consideramos emblemáticas de esta región a fin de que todos aquellos interesados en conocer un poco más sobre la riqueza biológica de las islas puedan encontrar en ella una descripción introductoria de parte de la misma. Los criterios de selección de estas especies incluyen su representatividad en los ambientes que componen las islas, su estatus de conservación (especies amenazadas o en peligro de extinción), su importancia comercial o como recurso básico para las comunidades locales o simplemente que son fácilmente observables cuando se realiza una recorrida por las islas.

Consideramos que este documento resultará de interés para los pobladores locales, educadores y estudiantes del delta y para todas aquellas personas interesadas en conocer, valorar y preservar nuestro patrimonio natural.

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